Era mi primera cita, salí de casa sumamente nerviosa no sabía cómo era aquello, además era la primera vez y sin embargo yo le había prometido ir, de no ser así no debería esperar más.
Fui resuelta a todo... me martillaba la sangre en la cabeza, a poco andar fui frente a una casa como bien recuerdo... toqué el timbre respetuosamente, salió sonriente, y me cogió la mano cariñosamente me dirigió a un apartamento lujosamente amoblado, y con la mayor cortesía me invitó a sentarme. Luego me dijo dulcemente: recline un poco hacia atrás el cuerpo por favor; cómo tenía práctica aquél hombre, y qué simpático era; él me infundía confianza aunque era la primera vez. Después sacó algo y sentí temor; sosténgalo en sus manos, me dijo; por un segundo lo sentí caliente... poco a poco se fue acercando cuando advirtió mi posición incómoda para él, colocó sus manos sobre mi rostro y me dijo algunas palabras amables para animarme... luego introdujo algo muy duro y caliente que él tenía en sus manos... yo cerré los ojos; pasaron varios segundos que me parecieron siglos... sentí un dolor insoportable, di un ligero grito, como corrió un poco de sangre, solté un llanto nervioso, implorando por favor sáquemelo... no puedo más.
Al despedirme del dentista tan amable, le expresé mi gratitud por lo bien que extrajo aquel diente que tanto me hizo padecer.
